Bitácora de los socialistas de distrito Centro


Cerramos el año con un homenaje a Miguel Hernández con motivo del centanario de su nacimiento


Recordar a Miguel Hernández que desapareció en la oscuridad y recordarlo a plena luz, es un deber de España, un deber de amor. Pocos poetas tan generosos y luminosos como el muchachón de Orihuela cuya estatua se levantará algún día entre los azahares de su dormida tierra. No tenía Miguel la luz cenital del Sur como los poetas rectilíneos de Andalucía sino una luz de tierra, de mañana pedregosa, luz espesa de panal despertando. Con esta materia dura como el oro, viva como la sangre, trazó su poesía duradera. ¡Y éste fue el hombre que aquel momento de España desterró a la sombra! ¡Nos toca ahora y siempre sacarlo de su cárcel mortal, iluminarlo con su valentía y su martirio, enseñarlo como ejemplo de corazón purísimo! ¡Darle la luz! ¡Dársela a golpes de recuerdo, a paletadas de claridad que lo revelen, arcángel de una gloria terrestre que cayó en la noche armado con la espada de la luz!

Con este texto de Pablo Neruda comenzó ayer el homenaje que los socialistas de distrito Centro quisimos tributar a Miguel Hernández y que contó con la participación de un buen número de compañeros/as que leyeron poemas de todos sus libros, al tiempo que Joaquín Vida iba recorriendo los principales episodios de su biografía. En recuerdo del poeta de Orihuela, Clara nos ofreció un solo de violín. El acto concluyó con la representación de algunos fragmentos de “El labrador de más aire” y el recitado conjunto de “Vientos del pueblo”.


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