Filed under: Opinión | Etiquetas: Conferencia Política PSOE, Mónica Rodríguez Fuente
Por Mónica Rodríguez Fuente. El proceso de reflexión y de debate que supone la Conferencia Política 2013 que culminará este otoño con el objeto, tan necesario y cada vez más urgente, de actualizar el proyecto político del PSOE, tiene camino por delante. Camino por delante pues es fundamental para este partido abrir, como se abre con este proceso, un debate y consulta que configure una nueva propuesta política del PSOE a la sociedad y, camino por delante, porque para ello falta aun mucho debate, propuestas más valientes, más concretas y de mayor alcance.
Debemos afirmar que la convocatoria de este proceso, es, ya por si misma, positiva en el momento actual. Todas y todos somos conscientes de que estamos viviendo los resultados de un modelo económico que en los últimos años se ha basado en el enriquecimiento rápido, que no ha invertido sus recursos en educación, en investigación, en nuevas tecnologías, en desarrollar un modelo productivo sostenible, teniendo como resultado una estructura económica débil. Conocemos de manera más clara la cesión de soberanía política, fiscal y financiera que nos supone el actual modelo europeo. Sabemos que el Pacto Social se ha roto definitivamente con el triunfo aparente del Mercado sobre el Estado, en realidad con el triunfo de unas clases sociales sobre otras. También asistimos a una crisis del modelo institucional, a una desafección hacia la política y la clase política y, en particular, a una importante falta de credibilidad hacia el PSOE.
Frente a ello, el PSOE como partido político que aspira a gobernar debe dar respuesta clara a esta situación tanto en el corto como en el medio y largo plazo. Esta respuesta no es fácil, no puede ser improvisada y debe venir debatida en profundidad con la militancia, la ciudadanía, con los agentes implicados, con los expertos. Por ello, también podemos afirmar que es acertado que este proceso de actualización del proyecto político del Partido se haya planteado tanto a nivel interno, con la participación de la militancia y agrupaciones, como a nivel externo, con la ciudadanía y entidades sociales.
Hasta el próximo mes de julio, nos encontramos en la primera fase de este proceso cuyo objetivo es sumar ideas, propuestas y reflexiones para elaborar el Documento o Ponencia Marco de la Conferencia Política. El debate se ha establecido en torno a cinco bloques temáticos, denominados “Diálogos”: “Europa”, “Crecimiento económico, modelo productivo y empleo”, “Fiscalidad”, “Profundización democrática y reformas institucionales” y “El Estado Social del Bienestar”. Aparte de los aciertos también podemos identificar aspectos que desde el inicio son “menos acertados”, los bloques temáticos suponen marcos muy amplios que dificultan, en los tiempos y procesos establecidos, un debate en profundidad de las materias que cada uno engloba. Además, con esta distribución estanca, se obvia la necesaria trasversalidad que debe caracterizar nuestro proyecto político y que, de momento, no sabemos como se va abordar.
Asimismo, la idea de comenzar el debate sin ningún documento marco que lo ciña podría ser valorada como positiva, pues todas y todos conocemos por ocasiones anteriores las limitaciones que suponen éstos para el debate y la reflexión abierta. No obstante, la documentación previa que se facilita, al inicio de los diálogos o tras los encuentros presenciales, aporta líneas muy generalistas alejadas de una postura que, a estas alturas, debería estar ya mas definida. Es decir, deberíamos tener ya definido el qué y, a través de este proceso, concretar el cómo.
Como ejemplos de este planteamiento, podemos repasar los resultados de los Diálogos que ya se han cerrado en las agrupaciones. En el Diálogo 1 (“Europa”) llama la atención que, ante la grave situación que sufre nuestro país y la propia Unión Europea, no se abanderen ya de inicio propuestas para lograr una mayor integración política. Una Integración política que debería estar orientada a construir una unión europea social estableciendo instrumentos como un pacto de estabilidad social que refleje objetivos vinculantes a nivel europeo. También se echan de menos propuestas que defiendan una modificación de los estatutos del Banco Central Europeo para que, además del control del déficit, impulse políticas que favorezcan el desarrollo de los países. Además, se necesitarían propuestas que impulsen una política real comunitaria que elimine los paraísos fiscales y promuevan una política fiscal armonizada en el ámbito de la UE. Estas serían líneas básicas para nuestro partido sobre las que comenzar a debatir ya el cómo.
Pero es el Diálogo 2 (“Crecimiento económico, modelo productivo y empleo”) el que nos ofrece el espacio para una reflexión más profunda acerca del “modelo de país”. Su documentación inicial contempla, entre otras, las siguientes propuestas para el crecimiento: mejora de nuestra balanza comercial, potenciación del I+D+i, fomento de los emprendedores, potenciación del sector turístico… Todas, bien podrían ser firmadas por el Partido Popular. ¿Dónde está nuestra propuesta alternativa?. Sorprende que el documento no plantee ninguna medida que evite una crisis financiera como la que estamos sufriendo en la economía real. Deberíamos debatir acerca de modelos, de medidas alternativas como la necesaria regulación del sistema bancario para qué exista un mayor control del Banco de España sobre las entidades financieras, o la separación por ley de la banca comercial, respecto de la banca financiera que estuvo vigente en EEUU desde 1933 a 1990, por solo citar dos ejemplos.
Si lo que queremos es proponer un nuevo modelo económico y productivo necesitaremos establecer un nuevo marco que contemple desde el inicio soluciones más valientes que nos distingan como socialistas. Un nuevo modelo productivo debería apostar por un crecimiento sostenible que no sostenido, que es el que describe la primera parte del documento. Ese crecimiento sostenido, principio liberal basado únicamente en el aumento del PIB y de la renta per cápita, ha demostrado que, por si solo, no implica desarrollo de país.
Los costes económicos crecientes derivados de la dependencia energética, del agotamiento de los recursos y del deterioro ambiental, el cambio climático, la contaminación, el cambio de uso de suelo y la pérdida de biodiversidad, debería llevarnos a plantear soluciones transversales que definan otro modelo productivo, otro modelo de desarrollo. Hagamos entonces una apuesta valiente por el desarrollo sostenible. El desarrollo sostenible es aquel que garantiza las necesidades del presente sin comprometer las posibilidades de las generaciones futuras para satisfacer las suyas. Es un desarrollo cuyos objetivos están más allá del mero crecimiento económico y que exige distribuir los recursos de forma más equitativa. Por eso, debemos plantearlo con carácter transversal, no solo a través de propuestas denominadas medioambientales, sino también de las económicas y sociales.
El desarrollo sostenible implica un manejo mas eficiente de los recursos, esta es una cuestión de derechos humanos y, también, de modelo productivo como acreditan trabajos y líneas de investigación de Naciones Unidas. Algunos países como Alemania, China, Japón y Sudáfrica ya han puesto en marcha pequeñas experiencias para desvincular progresivamente el uso de recursos naturales del crecimiento económico. Las cuentas de flujo de materiales se han convertido en parte integrante de las políticas de “sociedad sostenible” en Japón, en el caso de Alemania estas experiencias se han materializado en estrategias nacionales que contemplan objetivos tan ambiciosos como duplicar la productividad de la energía y la productividad de los recursos de aquí al 2020, en Sudáfrica se establecen marcos nacionales en los que ya se contempla la necesidad de desvincular el crecimiento económico del consumo de recursos y China, país cuyas medidas serán de crucial importancia para otros países en desarrollo, ya empieza a contemplar en sus programas de desarrollo económico y social metas obligatorias relacionadas con la necesaria productividad en el consumo de recursos. La innovación desempeñará un papel básico en este camino, por eso, podríamos ya debatir acerca de una definición del PIB que incorpore las cuestiones sociales y ambiéntales, de productos, procesos, estructuras organizacionales y mecanismos institucionales que fomenten la reducción de la tasa de recursos por unidad de actividad económica.
Las políticas necesarias para favorecer la transición hacia una economía cada vez menos consumidora implicaría también ya el debate acerca de cómo reflejar en los precios de los recursos naturales su valor real. También serán necesarios instrumentos que establezcan relaciones comerciales mas justas desde la perspectiva económica, social y medioambiental y de procesos que permitan un mayor control sobre este comercio para proteger el bien común, tratando de evitar casos como los del Prestige.
El PSOE ya ha planteado en numerosas ocasiones líneas que podrían considerarse favorecedoras del desarrollo sostenible pero que, sorprendentemente, en los últimos años de gobierno socialista, muchas no se acometieron. Y, respecto a las que se acometieron, muchas o fueron bruscamente interrumpidas, o se implementaron de forma suficientemente inestable como para que en poco más de un año de gobierno del partido popular hayan podido ser revertidas. Nuestra tarea ahora es definir donde existen los problemas y buscar las soluciones para abordar este proceso de cambio hacia nuevas formas de producir, consumir y distribuir. Como decía antes, seamos valientes y planteemos un nuevo modelo energético que nos libere de la dependencia del exterior y de los combustibles fósiles, pongamos fin en esta materia a fórmulas del tipo “avanzar de forma decidida hacia” que fue lo que planteamos en anteriores ocasiones y no lo hicimos. Busquemos ya las soluciones. Tenemos identificadas cuales fueron las piedras en el camino, encarémoslas.
Para concluir, tras el cierre de estos dos primeros diálogos parece que queda mucho trabajo para configurar una propuesta realmente alternativa por parte del PSOE. Si tenemos en cuenta el tiempo que queda hasta octubre corremos el riesgo de nuevo de crear propuestas poco concretas, marcos que acojan una amplia variabilidad de acciones de gobierno y resultados bien distintos. Esto es justo uno de los orígenes de nuestra actual falta de credibilidad.
Tenemos que ir más allá. Nuestras propuestas deben ser de mayor alcance y detalle. El trabajo con la ciudadanía en el distrito nos lo confirma, son muchos los ciudadanos y ciudadanas que esperan una respuesta creíble por nuestra parte. Hace unas semanas entrevistándonos con un delegado sindical de un centro de salud de distrito centro nos decía “Del PSM y del PSOE necesitamos algo más que una palmadita en la espalda diciendo estamos con vosotros. Necesitamos ver vuestras propuestas con cifras, ver como os saldrán las cuentas en una coyuntura como esta”.
La segunda fase de esta Conferencia Política 2013 será la de debate del Documento Marco que se configure antes de verano tras el cierre de los Diálogos. Se activarán nuevamente los canales de participación directa utilizados en la primera fase, y todas las aportaciones que se reciban en ese nuevo periodo permitirán al equipo de ponentes concretar y definir el texto definitivo este otoño. El trabajo realizado hasta ahora en esta primera fase de la Conferencia Política 2013 permite ver que esta segunda fase va a estar limitada en tiempo y en participación. A ello se une que queremos abordar además una propuesta de nuevo partido, y que queremos tener los deberes hechos antes de que lleguen las elecciones. Se necesitarán más esfuerzos y recursos en la elaboración de una propuesta por parte del PSOE que aporte soluciones a la grave situación actual y que sea creíble para la ciudadanía, este es el camino que tenemos por delante.
Mónica Rodríguez Fuente es secretaria de Organización de Agrupación Socialista de distrito Centro.
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